DÉJENME CONTARLES ALGO
Nunca se sabe hasta qué punto
los sueños son propios.
No importan las condiciones,
porque lo inesperado no es
lo que aparece de manera fortuita,
sorprendiendo,
y no es allí donde se instala la escurridiza
luz de la esperanza.
Lo inesperado fue
que no hubiera un sólo momento en el que
aquella mujer
me dejara a oscuras.
Y pensándolo bien,
quizás yo mereciera ser
reducida a la nada y,
a la vez,
por qué no,
salvarme.
2 comentarios
restituta -
Besazos!!
quint -
Me alegré de verla ayer junto a la carne de pollo de nuestros amigos.